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Expectativas

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Expectativas

El tiempo ha volado y esta aventura que emprendimos con tanto entusiasmo hace casi 6 meses entra a su recta final. Ha sido una experiencia profunda y fascinante y creo que nos tomará muchos años el poder decantar y exprimir el arsenal de valor que hemos generado como individuos y como familia en este viaje. Atesoraremos en nuestra memoria y sobre todo en nuestra alma, momentos hermosos, paisajes imponentes, platos exquisitos y situaciones fascinantes que nos permitieron conocernos mejor, crecer y sobre todo, descubrir tanto que no conocíamos del mundo, pero más importante aun, de nosotros mismos.

Recuerdo como en la etapa de planeación íbamos discutiendo y analizando las diferentes opciones de a donde ir, dónde quedarnos, como movernos, que visitar y como estructurar el viaje para que cumpliera con los objetivos que queríamos abarcar. Es natural, que en ese proceso se generaran en nosotros, y en este blog hablo de mi proceso personal, expectativas frente a lo que viviríamos en estos meses. Expectativas que en muchos casos se cumplieron, en otros se superaron, en otros se quedaron cortas y en otros casos simplemente nos sorprendimos, pues no habíamos siquiera contemplado variables y situaciones que fueron apareciendo, como una caja de sorpresas y que han resultado ser beneficios, regalos y lecciones que no esperábamos.

Despegamos de Bogotá con tres objetivos claros. Primero que todo, queríamos que este viaje fuera una peregrinación en familia por Santuarios Marianos en el mundo para conocer de cerca las historias, los momentos y los lugares donde la Virgen María se ha aparecido e invertir este tiempo para fortalecer nuestra fe, a la luz del Año de la Misericordia decretado por el Papa Francisco. Segundo, queríamos dejarnos deleitar con la belleza de la naturaleza, por lo que buscamos sitios donde ésta brillara para visitarlos, contemplarlos y gozarlos y tercero, y tal vez el mas obvio de los objetivos cuando se emprende un viaje de estos, era el conocer y exponernos a las culturas, la historia, la comida y el legado de los países que visitamos. 

En la dimensión de la Fe, fue un viaje hermoso. Visitamos 12 santuarios marianos [Lourdes, Montserrat, Laus, La Sallette, La Medalla Milagrosa, Nuestra Señora del corazón de oro, Nuestra Señora de los pobres, Fátima, La Rosa Mística, Nuestra Señora de Zion, Medjugorje y Nuestra Señora de Simala] y quedamos deslumbrados con la belleza, la simpleza y el poder de estos lugares. Entendimos mejor las historias y la consistencia de sus mensajes, cuyo objetivo central es acercarnos más a su hijo: Jesús e impulsarnos a una vida de oración. Fue fascinante ver el contraste de algunos santuarios muy concurridos como Lourdes, La Medalla Milagrosa y Medjugorje, y otros absolutamente desiertos como Laus, Nuestra Señora de Zion y Nuestra Señora del corazón de oro. Pero lo mas hermoso, es que sin importar si habían miles de personas o si estábamos solos allí, se sentía siempre algo profundamente especial y conmovedor. 

 

Queríamos ir a misa diaria. Lo logramos en gran medida en Europa, donde era fácil encontrar iglesias por todos lados, pero se nos dificultó en Asia, en donde sólo en Singapur pudimos frecuentar la iglesia entre semana. Fue hermosa esta dinámica. La paz y la fortaleza que da la Eucaristía es indescriptible, pero mas poderoso aún ver como los niños le cogieron ese cariño a ir a la Iglesia, a escuchar la Palabra y a aplicar lo que aprendíamos en cada misa y en cada confesión. Encontramos grandes confesores. Recuerdo con especial aprecio a uno en Fátima que le toco lidiar con mi mal genio por el robo del coche de Guadalupe y uno de sus mensajes fue hermoso. Me preguntó: “Felipe, ¿sabes cuál es el código postal del cielo?” … “la alegría”… no dejes que estas pequeñas cosas te quiten la alegría por que te distancias de Dios y del cielo… Otro en las Filipinas me dijo “Pídele a Dios no que te ponga menos pruebas, pero mas bien que te de un hombro más fuerte para soportarlas”… Ayer en misa en Bangkok, Pilar me miro a los ojos y me dijo algo que toco mi alma: “¿si te has dado cuenta que la iglesia ha sido como una mama para nosotros a lo largo de este viaje?”  y la verdad es que si lo fue. Cruzamos, calculo más de 25 puertas santas, incluyendo la de San Pedro que fue particularmente especial, pues fue el día de la primera comunión de Manuel, otro “highlight” de este viaje espiritual. 

 

Conocimos lugares absolutamente hermosos. De hecho, tenía expectativas altísimas de estos lugares, y fueron superadas con creces. Recuerdo planeando el viaje como me emocionaba el poder conocer la Bahia de Halong en Vietnam, Los lagos de Plitvice en Croacia y las playas en Palawan en las Filipinas. WOW!!! EN todos los casos había sub-dimensionado la hermosura de la naturaleza. Fuimos testigos de amaneceres y atardeceres indescriptibles y pudimos sorprendernos con las formaciones rocosas en Montserrat; con los paisajes de Normandía en Francia y la Toscana en Italia; con la riqueza de los ríos en Porto, Cambodia y Kyoto y con la majestuosidad de los Alpes Franceses y de las formaciones montañosas en Vietnam. Las cascadas en Krka y en los lagos Plitvice en Croacia, simplemente nos adelantaron algo de lo que creemos es el cielo… no hay palabras para describir tanta belleza. Nadamos con peces pequeños de muchos colores y con tiburones ballenas que nos quitaron el aliento. Vimos como un país como Singapur ha querido incorporar la belleza de la naturaleza en la ciudad, llenándola de los mas hermosos jardines por todas partes y construyendo un complejo de investigación y conservación animal que es simplemente el mejor parque zoológico que he visitado en mi vida. En resumen, descubrimos muchos lugares hermosos, y más importante aun, ¡quedamos con ganas y con hambre de conocer muchos más!

Finalmente, tuvimos la oportunidad de vivir y de conocer culturas diferentes a las nuestras, países donde se practican otras religiones y se vive una espiritualidad profunda y cotidiana, pudimos saborear algo de la historia de muchos de los lugares que visitamos y pudimos vivir el día a día como lo hace una familia local. Nos hubiera gustado prepararnos mejor, leer, explicarles a los niños más sobre la historia y poder conocer más. Pero el ritmo era fuerte y no quedaba tiempo para tanta preparación. Alguien en Singapur nos dijo… esto lo quiere todo el mundo y es difícil de lograr, pero lo importante es que se ha sembrado en sus mentes el deseo de conocer mas, de entender mejor, de poder viajar en el tiempo para conocer mejor la historia de estos lugares que han visitado. ¡Y cuánta razón tenia!, estoy acá, mientras escribo este blog,  lleno de ganas de leer sobre la fascinante historia del sur este asiático, entender mejor momentos históricos relevantes de países que visitamos y se, por que lo hemos hablado en familia, que todos tenemos el mismo anhelo. Ya llegaremos a la normalidad de nuestras vidas, y ya con el tiempo y sin prisa, podremos leer y estudiar sobre el renacimiento en Italia, sobre la Revolución Francesa, sobre la crisis de los Balcanes, sobre las guerras mundiales, la historia de Singapur y tantas otras cosas, pero lo haremos con una visión diferente de quien toma un libro sólo con interés histórico. Lo haremos habiendo conocido los lugares, habiendo “probado” un poco de su historia, habiendo hablado con gente local y de haber caminado sus suelos… eso hará de este proceso de aprender uno realmente fascinante y más cercano. 

 

Puedo afirmar con convicción que las expectativas se cumplieron. Hubo cosas que me desilusionaron también, pero fueron pocas. Menciono los mercados flotantes en Tailandia, de los que tenia una expectativa altísima y una gran ilusión de conocer, pero quede decepcionado pues lo que vi fue un verdadero “tourist trap”, guardo la ilusión de que simplemente fuimos al que no era, y en un viaje futuro, me deslumbraré con el colorido y la belleza del mercado flotante como lo imaginaba. Igualmente, tenía una altísima expectativa con la comida japonesa que no se cumplió. 

 

Pero lo que nunca imaginamos, es que este viaje seria tan rico en nuestro “interior” como lo vivido en lo “exterior”. Jamas se cruzȯ por mi mente que las 34.000 millas que volamos [la circunferencia de la tierra tiene 24.000] se quedarían cortas frente al profundo viaje que vivimos como individuos. Literalmente en este viaje nos conocimos “al derecho y al revés”. Este será un tema para otro blog, para poderlo abordar con más detalle, pero adelanto que lo vivido en nuestro interior es ordenes de magnitud mas grande y poderoso que lo que vivimos conociendo y disfrutando de tantos lugares hermosos de la naturaleza y descubriendo y conociendo las culturas, la comida, la historia y las costumbres de los sitios que visitamos. Nos enfrentamos a muchos miedos, asumimos riesgos y vivimos momentos desafiantes que le dieron más forma a nuestro carácter y nos permitió conocernos mucho mejor… ahora, a capitalizar esas lecciones para poder ser mejores personas. 

 

Termino este blog animando a quien lo lee que se embarque en una aventura similar. Las ganancias son inmensas y la vida es corta… es mejor atesorar momentos en familia que riquezas, y los verdaderos tesoros se encuentran viviendo momentos y experiencias fuera de lo común, lejos de la zona de confort y distantes de lo convencional junto con la gente que amamos.

 

¡Buen Viaje!