Ubicándonos....
La salida de Bogotá no fue fácil. A la complejidad de la partida a un viaje de esta naturaleza se sumó el que 6 días antes del viaje me dio un virus que me postró en cama por cuatro días; ¡con todo lo que había para hacer, para trabajar y para resolver! y como si fuera poco, Guadalupe y Manuel cayeron dos días antes y el día del viaje respectivamente. Se llegó la hora, y con las maletas cargadas de expectativas y de miedos salimos del confort de nuestro hogar para enfrentarnos como familia a lo desconocido, a lo inexplorado....
El vuelo en medio de todo estuvo bastante bien. Los niños durmieron prácticamente todo el vuelo y eso lo hizo más llevadero. Tengo que aceptar que cuando el avión toco tierra española sentí un alivio inmenso. Estaba preparado para un viaje espantoso y la verdad es que no lo fue. Para nada. Resultó mucho mejor de lo que había anticipado.
Llegamos a nuestra Carrer de la Libertat 15, el lugar que será nuestro hogar por los próximos días. Un barrio pintoresco, que se anexó a la ciudad de Barcelona hace años y que era un pueblito vecino. Me imagino que algo como Usaquén en Bogotá. Calles delgadas, edificios antiguos pero lleno de tienditas, y pequeños locales con todo tipo de comercios.
Llegamos y nos instalamos. Nos resultó increíble lo rápido que un lugar se puede sentir como el hogar. Desempacamos y compramos las cosas básicas para sobrevivir un par de días antes de salir a comprar lo que necesitábamos. Pasamos una buena primera noche - pese a mis dudas - y al otro día salimos a descubrir el vecindario. Maravilloso. Lleno de tienditas y con un mercado -cada barrio en Barcelona tiene su mercado- precioso. Dentro del mercado un grupo de niñas estaba bailando "Oye, abre tus ojos..." y ni corta ni perezosa, Pili se unió a bailar con ellas...
De ahí salimos a la Barceloneta a ver el mar... conseguimos un Taxi van con relativa facilidad... pero ya nos dimos cuenta que fue suerte, pues hemos tenido mucha dificultad para conseguir otro. Además el metro está en huelga y los buses tampoco nos han resultado fáciles. Mejor dicho, no le hemos podido coger el tiro al transporte.... hoy nos toco caminar más de una hora de vuelta a casa, con Guadalupe en los brazos, pues no conseguimos ni transporte público ni taxi.
Hoy fuimos a misa a una iglesia cerca del apartamento y de allí salimos al Acuario. A los niños les encanta y a nosotros siempre nos produce paz el ver los peces...
A la salida del acuario caminamos un buen rato por el barrio gótico. Fascinante. Hermoso. Por fin pudimos conocer la Catedral de Santa María del Mar, experiencia que amerita una entrada para si sola [pronto].
En resumen, disfrutando y adaptándonos a este nuevo estatus... ciudadanos del mundo... no es fácil... pero fascinante si es....