Los ojos del corazón.

Los ojos del corazón.

Hace unas semanas estábamos terminando de empacar el carro en el Foyer de Charite en La Provence, cuando nuestro amigo Alex, se acercó a despedirse; fue cariñoso y emotivo con los niños con quienes hizo buena empatía y se despidió de mí diciéndome que era muy importante enseñarle a los niños a ver con los ojos del corazón todo lo que experimentaríamos a lo largo de este viaje. Tomé nota mental de lo que dijo y después de un par de horas de carretera, Pili me contó que también a ella le había hecho la misma recomendación; hablamos brevemente de ello y después, por un buen rato, a 130 km/h por la autopista A5, pensé en la profundidad y la sabiduría de ese consejo. 

Me di cuenta que mucho de lo que había visto en estos primeros días del viaje lo había hecho con los ojos más que con el corazón. Ver la arquitectura de Barcelona, el azul profundo del mar Mediterráneo, los colores y formas de Gaudí y las majestuosas rocas de Montserrat había deleitado mi vista y mi dimensión racional, pero no había hecho el esfuerzo para observar todo desde una óptica más espiritual,  del corazón.  Quizás el único sitio que había logrado penetrar a una dimensión más profunda había sido la Catedral de la Sagrada Familia 

Intenté revivir en mi memoria algunas de las imágenes que me marcaron para tratar de "verlas" con el corazón; no fue fácil pero pude revivir algunos momentos, en especial la visita a Montserrat, donde la imponencia de la naturaleza invitaban a una observación más profunda. También intenté saborear momentos más simples pero especiales, como cuando Guadalupe puso sus pies en el Mediterráneo o  Manuel se deleitó con las tapas de la Cervecería Catalana, el ver a Juanma y a Valen deslumbrados con las rocas en Montserrat y cuando junto con Pili nos tomamos una cava en el barco de nuestros amigos Mariano y María. Intenté ahondar en los sentimientos más que en lo "percibido superficialmente". 

Desde entonces, ya ha pasado casi un mes y creo que he aprendido a ver un poco más con el corazón. Cada día me deleito con momentos que aunque parezcan simples, están llenos de significado.

Este fragmento de El Principito de Saint Exupéry habla de ello:

—Adiós —le dijo.

—Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.

—Lo esencial es invisible para los ojos —repitió el principito para acordarse.

—Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella

—Es el tiempo que yo he perdido con ella… —repitió el principito para recordarlo.”

"Solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos"... wow... que triste darnos cuenta que en el frenesí del día a día nos olvidamos de esto y dejamos que pasen como rutina momentos valiosos, memorables, únicos con nuestra familia, en nuestro trabajo, con nuestros amigos....

Llevamos menos de dos meses de este viaje y este ha sido, sin duda, uno de los aprendizajes que me servirán para toda la vida. Espero que  quien lea este blog,  reflexione sobre como puede atesorar instantes que hoy pasan desapercibidos pero no deberían, pues son los que marcan la historia, nuestra existencia, nuestra vida. 

El Papa Francisco, a propósito del Año de la Misericordia, dijo que ver con el corazón es percibir las necesidades de los demás, sentir su dolor y moverse para dejar que la misericordia actúe en uno. Ver como Pili, Juan Martín, Manuel y Valentina perciben y sienten compasión por los habitantes de la calle es un ejemplo de ver con los ojos del corazón. En  Paris, una tarde -por iniciativa de los niños- llevamos unas pizzas a los habitantes de la calle con los fondos de la Fundación de Juanma (Pizza for the Homeless). Que ejemplo que nos dan los niños de ver con el corazón. 

Y ni hablar de Guadalupe, que con tan sólo 2 añitos expresa tanto con sus ojos. Claramente un niño de esa edad es más alma que razón... Cuánto nos ha enseñado!!! ¿Qué tal esta mirada viendo por primera vez la Torre Eiffel?

En fin, ha sido una lección importante tanto para el viaje como para la vida. Le pido a Dios que me permita ver la vida con los ojos del amor con que la ve Pili, con los de la misericordia de Juanma, con los de la alegría de  Manu, con los de la ternura y la bondad de Valentina y con los de la capacidad de descubrir de Guadalupe. 

Cierro este Blog con algunas imágenes que si bien las vi con mis ojos, han quedado selladas en lo más profundo de mi alma, pues creo que he podido verlas con los ojos del corazón. 

Felipe.