Grandes lecciones

Cuando Pipe y Pili me contaron su idea de hacer un alto en el camino para emprender una aventura con la que llevaban soñando hace varios años, en verdad no me sorprendió. Si algo ha caracterizado a Pipe desde que lo conozco, es su capacidad de soñar y de jamás darse por vencido cuando algo se le mete en la cabeza. Sin duda el amor y la incondicionalidad de Pili han sido siempre sus mejores aliados para convertir sus sueños en realidad. Aun aquellos sueños que a sus amigos a veces nos han parecido titánicos o inalcanzables, para luego tener que entender una vez más que la estrella que tienen Pipe y Pili no conoce límites ni barreras.

Aún así, esta vez el sueño no dejaba de generarme una que otra inquietud. Era inevitable no caer en la trampa de pensar en la logística….. Sacar a los niños del colegio, interrumpir los proyectos profesionales, viajar con cuatro niños incluidos un adolescente y una muñeca que no supera los 3 años, tener que empacar todo en un par de maletas, llegar a sitios totalmente desconocidos con idiomas totalmente incomprensibles… En fin, preocupaciones que desde las primeras semanas no solo fueron desapareciendo, sino demostrando lo insignificantes que resultarían ser en comparación con todo lo que esta increíble familia viviría en los siguientes meses. Desde el principio del viaje hemos sido testigos de cómo, cuando una familia se une en torno a un propósito común, cualquier inconveniente resulta manejable, cualquier obstáculo resulta superable y cualquier cambio inesperado de planes resulta asimilable.

Habiendo disfrutado de cada uno de los relatos que nos han regalado Pipe, Pili, Juan Martin y Valentina, así como de las anécdotas y las sonrisas de Manuel y Gaudalupe, no me queda ninguna duda de que estos meses han sido la mejor escuela para aprender lecciones de vida que jamás hubieran podido encontrar en los libros, en los congresos ni en los salones de clase. Lecciones de valentía, de unión, de fé, de humildad, de generosidad, de colaboración, de paciencia, de resiliencia… Lecciones de cómo encontrar la verdadera felicidad en los momentos sencillos de la vida, en la familia, en los demás.

Todas lecciones aplicables a nuestro día a día. Ojalá lográramos acordarnos de cada una de las enseñanzas que nos deja esta aventura que hemos vivido y sentido como propia. Para dejar de enredarnos en límites inventados, en obstáculos inexistentes, en egoísmos dolorosos. Y dedicarnos más bien a gozar de la vida, a amar a nuestros hijos, a nuestros papás, a nuestros hermanos, a dedicarles tiempo, a valorar a los amigos y a todas esas personas que se cruzan en nuestras vidas por alguna razón.

Gracias a Pipe y a Pili por sus valiosísimas lecciones que nos dejan con esta aventura. Gracias a Juan Ma y a Valen por abrirnos sus corazones para compartir sus reflexiones y experiencias a través de esos excelentes relatos. Gracias a Manuel y a Guadalupe por divertirnos y enternecernos con su inocencia y sus inolvidable anécdotas.

Ahora, a empacar maletas de vuelta! Los estamos esperando con el corazón y los brazos abiertos!!!

 

Caro.