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¡Paris, Paris!

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¡Paris, Paris!

Hola! París! Que decir de París...primero, mi querido marido siempre me sorprende con lugares hermosos donde quedarnos y el apartamento de París no fue la excepción: mucho más amplio de lo que yo tenía en mente, muy bonito y dado que es un apartamento alquilado a una familia, tiene el calor de hogar que a veces extrañamos. Un plus muy importante y una gran bendición es que tiene muchísimos juguetes y perfectos para que Manuel y Guadalupe jueguen! Eso ayuda muchísimo, pues Manu ya no anhela tanto conectarse a juegos electrónicos sino jugar con  juguetes como castillos y superhéroes  y Guadalupe pasa tiempo divirtiéndose con los bebes, tiempo que es oro para cocinar y arreglar.

Fueron menos días los pasados en París que en Barcelona, 13 en total pero pudimos vivir y disfrutar todos los lugares que quisimos, el único que no alcanzamos fue Versalles, tendrá que ser para un próximo viaje.

Nuestros días en París transcurrieron tranquilos, sin afanes, como nos lo propusimos desde un comienzo y sabiendo que nuestro ritmo lo pone Guadalupe. Nos levantábamos (o se levantaba Pipe) y llevaba a Guadalupe a un parque divino cerca de la casa o a veces yo mientras que Pipe aprovechaba para dormir un poco más, bastante merecido.

Guadalupe caminando por los senderos del parque al lado del apartamento.

Guadalupe caminando por los senderos del parque al lado del apartamento.

Llegábamos al apartamento siempre con pan fresco comprado en la Boulangerie de la esquina, pero que pan!!!! Dios mío, los croissants, la baguete absolutamente crocante, realmente creo qué eso lo que mas vamos a extrañar muchísimo cuando volvamos al pan Bimbo en Bogotá.

Levantábamos a los niños y desayunábamos. Manuel usualmente ya estaba despierto leyendo su libro de Gernonimo Stilton lo cual ha sido un “hit” porque se engomó  conviertiendose en un gran lector (estamos en problemas porque de acá en adelante no visitaremos más países donde se hable el español para poderle comprar otro libro de este maravilloso ratón que cautivó la atención de nuestro hijo). Como todos los días, Juan Martín levanta los platos de la mesa y los lleva a la cocina y Valentina lava (en la noche es al contrario), también otro “hit” pues me encanta que ayuden con el oficio. Mientras tanto me encargo de meter y sacar ropa de la lavadora lo cual no me molesta para nada y Manuel es el hombre a quien le encanta doblar (cada loco con su tema). Felipe se baña con Guadalupe y vale la pena anotar que parecen uña y mugre. Guadalupe parece entender que es un privilegio mayúsculo contar con la presencia de su papa 7/24 por lo cual no lo abandona ni un minuto y exige su constante atención, hasta el punto de gritar furiosacuando alguno de sus hermanos se acerca a recibir un merecido acto de cariño de su papá…

Nos arreglamos, tendemos camas y salimos. Dado que no encontramos una Iglesia cerca donde dieran misa de 12, visitamos muchas Iglesias hermosas tratando de hacer coincidir la misa diaria; es así como pudimos asistir a la misa en Notre Dame, La Madeleine, El Santuario de la Medalla Milagrosa (llevo medallistas benditas para el que quiera) y un par de Iglesias desconocidas pero muy bonitas. Al salir de misa, usualmente hacemos el Rosario y quedamos  con un corazón tranquilo de haber cumplido con el principal de los objetivos de nuestro viaje: nuestro crecimiento espiritual como familia y matrimonio y las indulgencias plenarias, pues mucha de estas Iglesias contaban con la Puerta Santa.  

Algo que nos llamó la atención es que las iglesias de París están bastante más llenas que las de Barcelona y definitivamente el promedio de edad de los asistentes  era substancialmente menor que 90 años como lo era en la ciudad Española. 

Fantástico el sistema de transporte público de Paris, que aprendimos a usar más rápido que el de Barcelona. 

Fantástico el sistema de transporte público de Paris, que aprendimos a usar más rápido que el de Barcelona. 

Almorzábamos sándwiches o unas picadas en cualquier parque de París, pero vale la pena resaltar que uno de los mejores picnics fue cuando hicimos las compras para el almuerzo en el mercado La Gran Epicerie de París, wow, divino y delicioso. Pocas veces he visto tan feliz a Juanma; el está en la edad que si le dan comida está feliz y si hay más y mejor, más feliz. Pues nos dimos gusto con varias picaditas pero realmente como solo lo saben hacer los franceses, espectaculares.

Nos las comimos en un parque muy bonito y lo mejor de todo fue que Juanma y Manuel encontraron un grupito de niños con el cual compartieron un buen partido de fútbol, actividad que sobretodo Juanma extraña muchísimo!

Luego de almorzar visitábamos algún lugar el cual queríamos que los niños conocieran: Musee D´Orsay, Torre Eiffel (cola de 1 hora a pleno sol, sin almorzar y al medio día, error garrafal….dado el hambre compra de sandwiches arriba en la torre: almuerzo mas costoso que pagamos), Champs Elysee, Montmatre, El Jardin de las Tullerias, Jardines de Luxemburgo, entre otros, y tipo 8pm (plena luz del día) volviamos a la casa a preparar comida y descansar.

Un verdadero placer de ciudad con algunos momentos a resaltar: el encuentro con mi hermana Natalia, Jaime y los niños quienes pasaba unos días en Paris de regreso de un maravilloso Safari. No pare de hablar desde que le di el abrazo de saludo hasta que le di el abrazo de despedida, siento que necesitaba contarle a alguien cercano todo lo que estaba viviendo. Fuimos a un salón de te donde supuestamente se toma el mejor chocolate caliente del mundo, pues ese supuesto lo reafirme…que cosa tan deliciosa! Absolutamente espeso, sabia al chocolate caliente de PICOS!!!! Pasamos por los Champs Elysee para acompañar a mi sobrina Laura a unas compitas y yo muy juiciosa me quede afuera de la tienda, pues claramente si entro me compro algo y ni necesito, ni esta en el presupuesto ni cabe en el equipaje. 

Otro gran momento fue el concierto y la pólvora del 14 de Julio, día de la independencia de Francia (Pipe en su blog les escribirá mas de este feliz y a la vez doloroso día por los eventos en Niza).

Hoy les estoy escribiendo desde el carro que es cuando tengo oportunidad pues Guadalupe esta amarrada a la silla y ahora duerme, estamos de regreso de un día/noche que nos escapamos de Paris a vivir un par de momentos muy emocionantes: ayer estuvimos en Lisieux, donde vivió y esta enterrada mi santa de devoción, Santa Teresita del Niño Jesús (les recomiendo mucho su libro Historia de un Alma). Además están las reliquias de sus Padres: Luis y Cecilia, quienes son el único matrimonio canonizado hasta ahora (¡en frente pedimos por todos los matrimonios que están pasando por momentos difíciles)! Visitamos la mega basilica, su casa donde se puede ver la ropita,  los juguetes, su cama y también fuimos al Carmel donde están sus restos. Muy lindo y como lo dijo el mismo Pipe, en ese lugar vivimos una paz impresionante.

Saliendo de allá, viajamos un par de horas a una maravillosa sorpresa que le teníamos a los niños: pasaríamos la noche en una casa en el árbol! Nunca me imagine esa maravilla! Me sentía como en la casa de Tarzan o de la familia Robinson de Disney. Dos habitaciones super lindas, un comedor, todo a unos 10 metros del suelo en un árbol imponente. Los niños no lo podían creer ni nosotros tampoco. La noche estuvo muy buena y nos sentiamos como pájaros en un nido en lo alto de un árbol, difícil describir la sensación tan rica. A la mañana siguiente, el despertar más espectacular con el canto de los pájaros (Valentina les hablara mas en su blog de esta experiencia). Salimos y por medio de una soga subimos una canasta cubierta por un mantel pequeñito de cuadritos rojos con blanco con nuestro desayuno: croissants, baguets, mermeladitas pequeñitas(de esas que dan ganas de meterse en la cartera cuando uno va a los hoteles), café, chocolate, en fin, pasamos un día inolvidable en la casa en el árbol, montando bicicleta en el campo francés y nadando en un lago donde Manuel fue el niño mas feliz pues venia pidiendo meterse en un rio, lago o piscina hace muchos días. Ya de regreso a Paris, con un poco de nostalgia pues el martes dejamos esta ciudad donde vivimos momentos que ya quedaron grabados en nuestro corazón.  

 

Faltan mas de 5 meses de viaje,  pero hemos sido tan felices que empiezo a sentir nostalgia porque se que el día que se termine esta gran aventura llegara mas pronto que tarde. 

Gracias Dios mío por tantas y tantas bendiciones, porque todo lo bueno viene de ti. 

Un abrazo. Pilar.