La primera comunión de Manuel
Hay regalos de Dios que uno no planea, no sueña, ni siquiera cree posibles. Hace unos ocho meses, Felipe me pregunto mi opinión acerca de que Manuel hiciera la Primera Comunión en Roma, yo, pensando muy pobremente le dije que me daba pesar que perdiera la hermosa preparación que reciben en el colegio. Como Felipe a todo lo que quiere le busca “la comba al palo”, me sugirió que preguntara en el colegio si hubiera la posibilidad de que prepararan a Manuel antes del viaje, y así lo hice. El colegio de los niños, Cumbres, ha sido un apoyo fundamental en este viaje, claramente, sin el visto bueno de esta querida institución no hubiéramos emprendido esta valiosa experiencia pues ni nosotros ni los niños hubiéramos querido que perdieran un año escolar. Un apoyo grandísimo a nivel académico y en este caso espiritual, pues de inmediato aceptaron preparar a Manuel ya que aun contaban con tres meses de colegio, tiempo suficiente para prepararlo uno a uno. Miss Merce, Consagrada del colegio, fue la encargada de preparar a nuestro monito, y lo hizo con tantísimo cariño y dedicación que no tenemos sino palabras de agradecimiento con ella. ¡Dios la bendiga!
Pero en Roma, ¿quién oficiaría tan importante evento en la vida de Manuel y de nuestra familia? Pues, las cosas de DIos son perfectas y nada menos y nada mas que nuestro queridísimo Padre Jorge Obregon quien oficio la Primera Comunion de Juan Martin y de Valentina. El esta estudiando allá hace un año y con tanto cariño acepto el favor. ¿Pero dónde? Pues el Padre logro conseguir la capilla Clementina, que se encuentra justo detrás de la tumba de San Pedro en la Basilica de San Pedro en Roma (Vaticano).
La verdad, hubiera quedado contenta con que nuestra familia hubiera presenciado ese lindo momento, pero tal fue nuestra sorpresa que tanto los papas de Felipe como mi mama (los padrinos de Bautizo de Manuel) nos acompañaron y remataron la felicidad de ese momento tan especial.
Llego la fecha tan esperada, 23 de Agosto, 7:30am. Entramos a la plaza de San Pedro y aun se veían los colores del amanecer que se reflejaban en la hermosísima Basilica,. Yo estaba nerviosa, no me quería perder ni un respiro de ese momento. Todos estábamos muy elegantes y felices de tener semejante oportunidad. Nos encontramos a las 6:45am con el Padre Jorge a quien todos en familia de dimos un abrazo lleno de cariño pues es alguien muy importante para nosotros. La cola para entrar era aun corta comparada al par de horas que se debe esperar mas adelante en el día. Entramos a la hermosa Basilica luego de pasar el chequeo de seguridad. EL Padre Jorge entro a cambiarse y luego nos guió hacia la capilla. Bajamos al piso subterráneo de la Basilica y ya escuchábamos varias Eucaristías teniendo lugar al mismo tiempo en otras capillas.
Llegamos al lugar tan especial, pequeñita, decorada hermosamente y atrás se veía la tumba de San Pedro. Tenia 10 puestos suficientes para nosotros. El Padre ofició una hermosa Eucaristía en la cual Juan Martin y Valentina leyeron las escrituras. Un aporte del sermon que me llego al corazón fue la importancia de la transmisión de la fe de una generación a otra y de un hermano a otro. El padre Obregón hizo énfasis en la responsabilidad que tienen Juanma y Valen en transmitirle la fe a Manuel y a la vez el en transmitírsela a Guadalupe, muy hermoso. Llego el momento tan esperado y Manuel recibió el cuerpo de Nuestro Señor (y solo un poco de su preciosa Sangre pues no quería el sabor del vino…). Pipe y yo nos miramos y claramente vimos un charco de lagrimas en los ojos del otro, era demasiado, ni que lo hubiéramos planeado, era un regalo inmenso, no planeado, no soñado, pero real. La Voluntad de Dios es siempre buena.
Personalmente sigo digiriendo ese evento, fue muy especial y creo mas grande que yo. No puedo negar que luego de ese sublime momento (como lo llamo Tata, la querida tía de Felipe), se me ha pasado por la cabeza si esa bendición de Manuel sera ¿porqué sera sacerdote? Muchos se reirán de mi, pero no conozco a nadie que haya tenido a bendición de hacer su primera comunión en esa capilla tan hermosa. Pero por ahora Manuel es nuestro monito, sensible, come galletas, que le encantan los juegos de computador y que sueña con ser paleontólogo.
Por ahora eso es suficiente y maravilloso.
Un abrazo.