Singapur: fascinación, admiración y mucha acción.

Singapur ha sido una sorpresa para mí y para nuestra familia. Habíamos escuchado que era un gran país, muy desarrollado, un ejemplo, pero considero que para creer la dimensión de esta grandeza hay que conocerla.

En este valioso viaje donde el tiempo /va a nuestro favor, cosa rara en el día a día de Bogotá donde éste no alcanza, nos permitimos pasar 25 días en este increíble lugar. Llegamos de Filipinas, paraíso de mar y playas despampanantes pero pobre y desorganizado lo cual hizo que el contraste de desembarcar en Singapur, tercer país más rico de mundo [PIB per capita] fuera más impactante. Hemos aprendido que es mejor no tener expectativas altas sobre los lugares que visitamos por primera vez, de esa forma somos más agradecidos y agradablemente sorprendidos, pero con Singapur era difícil por la imagen tan positiva con que cuenta en todo el mundo; increíblemente Singapur las sobrepasó, de lejos.

La sorpresa o más bien deslumbre comienza con el aeropuerto que está lleno de jardines, el lugar donde se recogen las maletas está repleto de las más hermosas orquídeas, los pasadizos que llevan a la salida tienen jardines frondosos -horizontales y verticales- muy bien diseñados y al salir, toda la ciudad incluyendo los edificios en su faceta exterior cuentan con árboles, flores y jardines. Después conocimos que el gobierno utiliza grandes incentivos para promover este tipo de construcciones pues el lema de la ciudad es Singapur the“City in a garden”.

Una llegada fácil y rápida al apartamento pues no hay tráfico dado que la infraestructura es perfecta y la cantidad de carros esta inteligentemente racionalizado por el nivel escandaloso de impuestos y pagos que se asumen al tener un vehículo, que claramente es un lujo innecesario, pues el sistema de transporte público es súper eficiente, cómodo y económico. Nos recibió la queridísima y amable dueña del apartamento, Eunice, una joven Singapureña de descendencia China. Nos mostró el agradable lugar, moderno, lleno de gadgets dignos de un apartamento de los Jetsons ante los cuales no pudimos evitar varios "wows", "uyyyy" y "que nota". Quedamos perplejos cuando nos mostró una cama queen que salió de la pared perfectamente camuflada, el sistema de riego e iluminación LED automático para el jardín vertical de la cocina y del baño y el sistema de conexión de las paredes donde se podían pasar los conectores de un lugar al otro (muy moderno para explicar) y una silla de masajes absolutamente deliciosa en la que todos nos deleitamos.

. El lugar me pareció muy acogedor y moderno pero un poco pequeño, cosa que con los días, como siempre, perdi'o relevancia pues rápidamente cada nuevo apartamento o casa al que llegamos es adoptado como un nuevo hogar. Para nuestro deleite, el apartamento estaba localizado en un condominio bien completo, con una súper piscina y otras pequeñitas con rodadero perfecta para los niños. Al bajar al sótano, nos sorprendimos con una tienda de conveniencia localizada en el mismo condominio, la cual estaba abierta 24 horas al día y se convirtió en la alacena de la cual nos surtimos a diario cuando hacía falta algo para el menú, ¡muy, muy conveniente!

Desempacamos y rápidamente me di cuenta que el único pequeño closet que Eunice nuestra "Hoste" nos había dejado desocupado no sería suficiente para lo ropa de los 6, por lo cual me puse de creativa buscando espacios donde guardar la ropa de los niños. Finalmente, desocupar una especie de mesa y poner todo tratando de no darle mucha importancia. Hasta al orden dentro del desorden se acostumbra uno. Una hermosa sorpresa para todos pero especialmente para Pipe fue que el apartamento tenia un piano, el cual permitió que volviéramos a llenar nuestro corazón con la música de mi marido que tanto extrañábamos.

El sábado, nuestro primer día, amanecimos llenos de energía para descubrir esta ciudad. Pipe bajo con los niños a la piscina pues claramente este lugar estaba de primero en la lista de visitas (de nuestros cuatro hijos) mientras que yo acomodaba las pertenencias (he aprendido que siempre necesito un rato en el que amoldo nuestra nueva casa a nuestro hogar).

No pasó una hora cuando siento que el ascensor sube con Felipe quien me dice: "Guadalupe tuvo un pequeño accidente (algo que las mamás nunca queremos oír y menos lejos de nuestro pediatra). Está bien pero se mordió la lengua..."¿se mordió la lengua? Me asomo y era más como un hueco en la lengua llena de sangre. Mi reacción como siempre no fue la más católica. Literalmente me puse a llorar y no fue mi momento más cariñoso con Felipe. "La Niña estaba en la piscina, se rodó por el rodadero, estaba caminando retirándose cuando otro niño se rodó y le calló encima empujándola y haciendo que se mordiera.” Claramente, había llegado el momento de conocer el hospital más cercano a nuestro apartamento. Felipe llamó a su amigo Enrique Lee quien lleva viviendo en Singapur un año con su familia y le pidió consejo. Yo, mientras tanto daba órdenes a Juan Martín quien quedaba a cargo de sus hermanos, les di la bendición a los tres agradeciendo que estábamos en el país más seguro del mundo. Salimos Felipe y yo con Guadalupe literalmente a la calle a coger el primer carro que nos llevó al hospital el cual quedaba a 20 minutos eternos. Silencio total en el carro incluyendo a Guadalupe quien increíblemente no lloraba. Solo mantenía su lengua afuera la cual por alguna razón había parado de sangrar pero la herida se veía y en efecto, era bien profunda. El conductor no musitó palabra pero entendió que algo pasaba por lo cual colocó muy amablemente música para niños.

Llegamos al hospital y cinco minutos después, se me acerca un señor que me dice: "hola Pilar"... ¿quién me saludaba en español, por mi nombre, en un hospital en Singapur? Lo veo, y sin pistas de quién era me dice: "soy Kike el amigo de Felipe". Yo no podía creer semejante bondad y generosidad, yo aun veía a un ser con alas más parecido a un ángel que a un amigo de Felipe. ¿Quién iba a pasar toda una mañana de sábado con nosotros en el hospital distrayéndonos y ayudándonos? Enrique, un compañero de Felipe del Anglo a quien adoptamos como amigos todos en nuestra familia, al igual que a su amorosa esposa Simone y a sus dos hijos Veronica y Enrique. Rápidamente nos llamaron para examinar a Guadalupe y el médico de turno nos dijo que no era claro si necesitaba puntos o no, por lo cual consideraba mejor que la viera un especialista. Pasaron un par de horas en las que gracias a Dios Guadalupe durmió, hasta que llegó el doctor tan esperado. La reviso durante 20 segundos luego de los cuales dice con serenidad, no tiene nada, la lengua sanará sola. Asumo que vio nuestra cara de incredulidad por lo cual nos dice "¿no me creen?" La verdad era tanto el agradecimiento de escuchar esas palabras que no creíamos lo que nos decía. Dijo que siguiéramos nuestra vida normal, le diéramos antibiótico para evitar una infección y listo. Le pregunté si le podía dar tetero a lo cual respondió: "vida normal", Pipe le preguntó: "¿y se puede meter a la piscina?" a lo cual de nuevo respondió: "vida normal". ¿Y puede comer de todo? Y una tercera vez nos miró con cara de impaciencia: "¿están de visita?" le respondimos: "si, de Colombia y llegamos ayer." Esas palabras parecieron tocarle el corazón pues se dio cuenta que estábamos angustiados con esa aterrizada en Singapur un poco brusca por lo que puso el brazo alrededor de Felipe y le dijo: "todo va a estar bien" y así fue. Nos dio su tarjeta con sus datos de contacto y nos pidió que lo contactáramos si teníamos cualquier duda pero no reforzó que no era nada grave, que estaría bien y que la lengua sanaría sola. Cuatro horas después estábamos de nuevo en el apartamento con nuestros niños, un poco estresados pero agradecidos de que este pequeño/gran incidente hubiera pasado en Singapur y no en ningún otro país del Asia que ya habíamos visitado. En otra oportunidad tuvimos otro gran susto con Guadalupe pero este será narrado por Juan Martin en su blog (pues realmente ¡prefiero no acordarme!).

Los días que hemos pasado en Singapur se pueden describir como felices, pero una felicidad que va más allá pues han habido características de este lugar que nos han descrestado más allá que cualquier otra ciudad.

Las carreteras impecables y el tráfico súper agradable. En horas pico se congestiona un poco, pero es tan organizado que los "trancones" pasan desapercibidos. Las calles, -tal como el aeropuerto- están llenas de jardines y árboles absolutamente espectaculares. Nos impacto mucho una autopista que tomamos que en toda su longitud estaba sembrada con veraneras florecidas de todos los colores.

La isla tiene un ecosistema de entretenimiento impresionante para familias, hay literalmente de todo para hacer, lo cual desajustó un poco nuestro presupuesto pero nos permitió vivir momentos inolvidables de diversión. Hay una isla que se llama SENTOSA, [conectada a la ciudad por un puente para carros, un puente peatonal absolutamente hermoso, monoriel y "cable cars"] Este lugar tiene todo lo imaginable para pasar varios días solo en actividades súper divertidas: Universal Studios, parque de agua, aprendiendo a volar, carritos de Balineras a lo "desarrollado", museos para niños como el museo de cera y el trick eye museum, granja de mariposas, acuario y muchas cosas mas, además de restaurantes espectaculares desde los más sencillos hasta varios con estrellas Michelin, inclusive tienen uno que se llama Curate que cuenta con una cocina estado del arte y un precioso salón y simplemente invitan a chefs de restaurantes con estrellas Michelin en el mundo para que "roten" por este escenario culinario. ¡El nombre me pareció genial!, pues como en un museo se "curan" las obras de arte, acá curan los platos que se sirven.

Fuera de la isla de la diversión, visitamos el museo de Arte y Ciencias que resultó absolutamente fascinante, mucha tecnología para estos turistas de Chía. Fuimos también al Night Safari (un plan increíble para ver a los animales en la noche) y visitamos el National Gallery de Singapur y al entrar, como nos vieron con tantos niños nos dirigieron a una zona especial sin nosotros entender. Pues era la zona del museo dedicado a los niños la cual resultó tan espectacular que no alcanzamos a visitar la parte que originariamente queríamos ver.

También caminamos zonas de Singapur como Little India y China Town zonas que mantienen la cultura intacta de sus países y también fuimos a Marina Bay y la Esplanade donde se ve toda la bahía con los mega edificios, súper construcciones pero siempre inspirando tranquilidad y paz, diferente alcaos que se vive en otras ciudades del mundo. En esta zona también visitamos un complejo de jardines llamado Gardens by the Bay que nos quito el aliento por su belleza. En especial, una cascada de 30 pisos dentro de un invernadero lleno de la mas espectacular vegetación y bañado por el agua de esta inmensa cada de agua.

Un ingrediente de Singapur que nos trajo mucha alegría y lindas memorias fueron los momentos compartidos con los amigos. Pablo Largacha, Isabel Urrutia con sus hijos Diego y Daniel y Kike y Simone con sus hijos Veronica y Enrique. Ellos hicieron que la estadía en Singapur para todos, pero especialmente para Juanma y Valen, tuviera un toque muy divertido. Con ambos pares de niños hicieron muy buena química y se gozaron el night zoo, el parque de agua, el scape room y comidas de pepper crab, chili crab, sushi y uno que otro helado. Gracias a la inmensa generosidad de este par de familias que nos acogieron con tanto cariño.

Este último domingo, participamos en la eucaristía en San Ignacio, la Iglesia que frecuentamos durante el tiempo que pasamos allá. La Eucaristía tuvo un toque especial pues presenciamos una toma de votos de un sacerdote Jesuita, por ende, la musica fue aún más linda que la convencional que de por si ya era espectacular. En un momento dado, Felipe y yo nos miramos y a ambos se nos escurrieron un par de lagrimas; desde ya extrañábamos esa gran ciudad.

Singapur fue una enorme enseñanza de esperanza para todos. Si se puede tener un país en paz a pesar de que en el viven tres culturas muy distintas (Indios, Chinos y Malasios), un país pujante, creciente, inteligente, planificador, donde se puede enviar a los hijos en taxi solos sin ningún problema, donde no hay casi el riesgo de la droga por las penas tan intimidantes que implica, donde el alcohol no es un problema tan grave como en nuestros países dado el costo tan alto, donde el tráfico es muy moderado, se come rico, se vive bien, el nivel educativo es súper alto, el nivel de corrupción bajo, en fin... un país que hay que visitar para recobrar la fe en que los seres humanos si podemos construir una sociedad en paz cuando se cuenta con disciplina, trabajo duro y respeto por las diferencias.

Un país visualizado y liderado por Thomas Stanford Raffles en el siglo XIX y por Lee Kuan Yew en el SXX. Les recomiendo mucho que vean este documental donde se muestra la historia de esta transformaci'on. https://www.youtube.com/watch?v=O12Lwol3iaY

Un abrazo.

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¡Paris, Paris!

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Florencia, esta vez te robaste 6 corazones