FGAPili2 Comments

Un milagro

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Un milagro

Hace casi 19 años estábamos Felipe y yo caminando por una playa de Ecuador, recién casados, sin mayores responsabilidades, cuando yo le comenté a mi querido esposo: “¿te imaginas tu y yo dándolela vuelta al mundo?” Pipe me miró y me respondió: “¡Hagámosle!”. Lo miré y solté una carcajada con mezcla de emoción y nervios, pues empezaba a conocer ese atributo de Felipe de que cuando se le mete algo en la cabeza, lo saca adelante.  Empezamos a planear y a soñar como dos adolescentes: venderíamos los dos carros, alquilaríamos el apartamento, el tocaría piano por las noches para financiarnos, yo haría un estudio sobre las culturas y pasaríamos un año inolvidable juntos…recuerdo muy bien el sentimiento de emoción que lleno mi corazón al pensar que nos embarcaríamos en semejante aventura…

Por diversasrazones no se dio, no era el momento…pero quien iba a pensar que muchos años después, recibiríamos un email de Martica, prima de Felipe que vive en EU pidiéndonos si podíamos atender a una pareja de amigos que junto con sus dos hijos estaban viajando por el mundo. Accedimos y un par de días después, Kuba y María estaban almorzando pizza en nuestra casa con sus dos adorables hijos, Ryana y Borian. Creo que nolos dejamos ni respirar o comer preguntándoles todo sobre su viaje, aventuras, detalles, en fin, quedamos fascinados con su crónica; llevaban más de un año viajando y aun les faltaban varios meses. Cuando sefueron, nos sentamos en la sala en familia y comentamos, entre todos como sería de emocionante algo así. Claro, pensábamos: pero el colegio, pero el trabajo, pero el dinero, pero el Isis, la gripa aviar, la gripa porcina, todos los “peros” que se le viene a uno a la cabeza…”pero” ya era tarde, “el mosquito” ya nos había picado. 

Unas semanas más tarde, Pipe estaba viendo la revista National Geographic cuya portada enunciaba algo así: “The Most Powerful Woman in the World: Mary”, refiriéndose a la Virgen María; en el interior de la revista, había un mapa donde se mostraba todos los lugares donde se han reportado apariciones de la Virgen, y se hallaban resaltadas las 17 que han sido aprobadas por el Vaticano. Pipe me dijo: “¿Y que tal si tomamos como hilo conductor del viaje los Santuarios Marianos y buscamos conocer los que más podamos?”. Cuando Pipe me propuso el tema espiritual como enfoque del viaje, me empecé a interesar y emocionar más (claramente, el me conoce muy bien!). Se me venían a la cabeza muchas inquietudes pero la mayor era que que nuestros planes estuvieran alineados con los planes de Dios para nosotros. Le dije a Pipe que consultáremos con el colegio, para ver si permitían que los niños hicieran seis meses de homeschooling; si accedían, sería para mi como un signo de aprobación “de arriba”, pues de corazón pensaba que no nos lo “alcahuetarian”. Invitamos a Miss Juani, directora del colegio (que en paz descanse) y a Miss Lourdes a comer a nuestra casa. Tengo que admitir que estaba nerviosa de exponerles nuestros planes, temía que me dijeran que no pero la verdad más me preocupaba que me dijeran que si. Al mencionarles nuestra posible aventura, lo vieron como lo más normal, nos dijeron que el colegio nos ayudarían en lo que necesitáramos; lo plantearon con tanta naturalidad que ni yo mismapodía creerlo. Inclusive Miss Juani dijo algo que espero nunca olvidar: “Dios bendice los que los padres hacen con sus hijos si los mueve el amor y la buena voluntad”. Felipe me miró y me sonrió, yo me puse más nerviosa y le sonreí de vuelta…

Sentí que Dios bendecía nuestros planes, veía que todo se daba de forma tranquila para que emprendiéramos esta aventura. Dado que era el año de la Misericordía, me emocionaba pensar que podíamos ganar muchas indulgencias plenarias para nosotros mismos y para otras almas al cumplir con lo establecido por el Papa, pues contábamos con más tiempo para asistir a las Eucaristías diarias, llevar a cabo actos de misericordiay poder atravesar Puertas Santas por muchos lugares. Era una oportunidad para crecer como familia, matrimonio y como personas, a nivel espiritual, emocional e intelectual. Pensé en la oportunidad de poder “gozárme” a mis hijos enestos seis meses y generar memorias con mi marido que nos unirán aun más. 

La verdad, el hecho de sentir que Dios respaldaba y nos patrocinaba esta aventura fue la luz verde para montarme en el tren. Y así fue, en cada ciudad, y en cada destino, la Iglesia fue nuestro refugio, ahí nos sentíamos en casa. Literalmente respirábamos profundo apenas entrábamos a una capilla, era como llegar a nuestro hogar donde todo era conocido aunque fuera en otro idioma.  En algunos lugares como en Europa, encontramos una Iglesia en cada esquina, en el Asia era más complicado pero siempre había una cerca o lejos. 

Pero ¿porqué el título de esta narración: “Un Milagro”?

Quienes me conocen bien sabrán que haber emprendido este viaje para mi es todo un milagro.

Mis sobrinas se burlan de que yo no las dejaba ni respirar cuando mis hijos dormían la siesta. Las siestasque Guadalupe duerme en este viaje están amenizadas por pitos, carros, bulla, etc.

Mi prima Cucu que se burla de como sufría yo para que Juan Martín cumpliera sus horarios de sueño cuando era un bebé; Guadalupe esta de suerte si estos horarios se cumplen dos días seguidos.

En Bogotá mis hijos debían cumplir con los grupos alimenticios en su dieta diaria. aquí lo intento pero no lo logro. 

En varias ocasiones insistí en que todos viajáramos con tapa bocas para que mis hijos no se enfermaran con los bichos de los aviones. En este viaje hemos tomado más de 19 vuelos y ninguno con tapabocas!

Me gusta lo seguro, lo tranquilo y lo predecible para mi familia. Seis meses viajando no garantizan ni lo seguro, ni lo tranquilo ni menos lo predecible.

Doy gracias a Dios porque hizo el milagro en mi. Logró que venciera tantos, tantos miedos dándome la seguridad de que EL estaría iluminando nuestro camino. Mamá María nos guardó bajo su manto, a ella acudimos frecuentemente con el rezo del Rosario y cuando notábamos que las relaciones entre nosotros se ponían tensas, recordábamos que llevábamos tiempo sin orar juntos. Ella intercedió para que estos seis meses, fueran lo mejor para nosotros, lo cual no implica lo más fácil, pero si lo que más nos formó. Las oraciones de tantos seres queridos, familia y amigos, fueron lo que nos mantuvieron en pie sanos y alegres (muchas gracias por tantísimas oraciones).

Ahora, a pocos días de regresar a mi día a día, de nuevo tengo que pedirle a Papá DIos que me agarre de su mano, pues indiscutiblemente me vuelve el miedo. Tengo miedo de volver a la inseguridad de mi querido pero golpeado país después de haber estado en lugares tan seguros. Tengo miedo de volver a la rutina donde mis hijos ya no serán “solo míos” sino del colegio, las extracurriculares y ahora de los amigos (sobretodo Juanma y Valen, pues se fueron niños y llegan adolescentes). Otras muchas cosas me dan miedo, pero prefiero no mencionarlas, pues dirán "esta vieja tan miedosa". Mejor paso a todo lo que me emociona: me emociona estar presente para apoyar a las amigas que lo necesitan y tomarme un café sin afán, me emociona poder consentir a mi mamá que tanto nos extrañó y a mi papá que con tanto cariño siguió nuestra travesía. Me emociona mi casa, mi cama, mi baño. Mi hermana, mi familia. Me emociona la Navidad con la familia de Felipe. Me tranquiliza muchísimo mi pediatra a media hora de distancia y la Santa Fé a una hora con tráfico (¡y ahora con unidad de urgencias en Chia!). Me emociona, las comidas muy nutritivas para engordar a mis hijos que crecieron tanto que se adelgazaron, sobretodola variedad de frutas que tanto extrañé. Me emociona las salidas con Felipe a cine y a comer y volver a juntarnos con los amigos que tanto queremos y extrañamos. Me emociona mi misa diaria y mi rutina. 

Me emociona poder recordar y revivir en familia tantos momentos deeste viaje y darle gracias a Dios una y otra vez porque de su mano nos fuimos y de su mano volveremos. 

Un abrazo.

Pili